LOCURAS DESPROLIJAS
Mi disfraz atestado de retoques suplica desfallecer y cederme el control absoluto.
Adherido como un adicto a su dependencia, sangro al desprenderme poco a poco de él.
La disarmonía agresiva agoniza convirtiendo el nadar en lo incierto en algo placentero.
Lo auténtico se manifiesta y en el vaivén de emociones me descubro.
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En mi cráneo todos los pensamientos se encuentran dentro de una fogata mental.
Al expandirse se elevan atravesándola y se transforman.
La invisible humareda desborda mi cuerpo convirtiendo los sitios que habito en verdaderos incendios mentales.
A su vez, escondidos entre semejantes grises, pequeños cristales lumínicos se asoman y su brillo crece a medida que perfecciono el equilibrio.
Al inspirar profundamente se colman de energía, mientras que al exhalar, el humo se disipa.
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En el sector neuronal de la distimia intento crear una contracultura, esquivando esa sádica neurosis que acostumbra devastar cada rastro de prosperidad.
El conformismo, a través del egoísmo, opaca la posibilidad de cambio, sosteniendo un pesimista sin sentido constante.
Una posibilidad más perspicaz sería orientarse hacia una visión nihilista consciente y valiente, entregada a la infinidad de vitales posibilidades.
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Maldiciones ocultas en el interior de tu desmejorado intelecto, agoniza su función paralizado por imágenes en cada momento.
Cambios repentinos, locuras desprolijas, perdido en la humareda soñando utopías.
Similar a una explosión que renueva el corazón, la metamorfosis de tu personalidad aparece, transmutando en lo inesperado y eso te divierte.
Las teorías atormentan, las dictan personas "respetables", se contradicen entre ellas, y en realidad la verdad habita en tu ser.
